domingo, 20 de marzo de 2011

Fue la noche de la cita a ciegas

El otro día una amiga me quiso juntar con un amigo suyo. A mi no me van mucho esas cosas pero decidí probarlo. Para mi sorpresa, el chico estaba increible (la verdad, no entendía por que había hecho lo de la cita a ciegas). Me invito a comer y conectamos tanto que antes de acabar la comida fuimos al cuarto de baño porque no aguantábamos más, cuando volvimos, el camarero nos dijo que pensaba que nos habíamos ido sin pagar. Fue bastante vergonzoso pero esa es otra historia. Yo, que no suelo ser una chica fácil, me dejé llevar y acabamos en su apartamento. Hasta ahí no suena muy disparatado, lo grave fue otro día cuando fuimos la amiga que nos juntó y yo al bar donde quedé con el chico. Él me reconoció y nos saludamos, pero me sorprendió que no saludará a mi amiga. Yo pregunté ¿Pero no os conocéis? y ambos negaron con la cabeza. Yo le dije a mi amiga que era el chico con el que me juntó pero por extraño que suene ella dijo que el no era el chico. Yo me quede en blanco, atónita. No entendía la situación. Por suerte, o por desgracia, el tipo, al ver mi cara de susto, nos explicó que el venía aquí de vez en cuando ya que suelen haber muchas chicas que se creen que el es su cita a ciegas. La verda es que fue bastante simpático. Al principio le odié, pero al final, no se por qué, acabé en su piso otra vez. Hay hombre que es mejor no dejarlos escapar...

1 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja no puedo creer que publicaras nuestra historia. La verdad es que así leído no tiene mucha lógica. Solo quería aclarar que yo no pretendo hacer daño a nadie, tal vez por eso, conseguí que una preciosidad como ella me perdonara...
Eres la mejor

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